viernes, 19 de junio de 2009

Pantalones

El fin de los pantalones de montaña es cubrir transpirabilidad, impermeabilidad, dar calor, dar resistencia a la abrasión, y que además sean cortavientos.
Por lo general, en montaña los miembros inferiores son los que menos sufren de frió ya que están en constante movimiento, pero no por ello debemos descuidarlos.
El sistema es el mismo que para toda la ropa de montaña, usar por capas. Hay personas que usan 2 capas y otras 3, eso va a depender de la resistencia que tenga cada uno al frió y de la experiencia en montaña que tengas, ya que ahí te darás cuenta que tan resistente al frió eres.
La capa externa debe ser de un tejido, idealmente, totalmente impermeable al viento y al agua y transpirable, aunque son muy pocos los tejidos que cumplen con esos requisitos, además que la condición “transpirable“ no es un requisito fundamental ya que los miembros inferiores no transpiran tanto como el tronco, por lo que a veces un pantalón menos transpirable pero mas barato cumple con las exigencias. Hay que tener en cuenta que los pantalones se deterioran mucho en la montaña por causa del roce.
Los pantalones deben tener cremalleras laterales para ser puestos con crampones y que, además, sirvan de ventilación.



Para los que gusten de una segunda capa, esta puede ser de polar o algún pantalón de trekking, pero siempre que se use una segunda capa, hay que llevar una primera ya que en el caso de que se moje, lo que es muy probable, tendríamos que quitarnos esta
y quedar solo con la primera capa.



La primera capa es de malla, tiene que quedar ajustada, no apretada, a las piernas para que no dificulte la circulación de la sangre. Esta capa puede ser usada para avanzar y cuando nos detengamos en la reunión nos podemos poner la tercera capa para abrigarnos, o cuando empiece el frió, obviamente usaremos las capas correspondientes. Esta capa nos da protección contra el frió, hay que tratar de que sea respirable para que el vapor se vaya hacia fuera o hacia la tercera capa y así eliminarlo. La ropa de color oscuro absorbe mas el calor, y se seca al sol mas deprisa

lunes, 8 de junio de 2009

Aproximación al sistema GPS



El GPS (sistema global de posición) es un sistema de radionavegación destinado a orientar a las personal y los vehículos, permitiéndoles conocer en todo momento, de manera precisa, su situación a escala global, así como la velocidad a la que se mueven, la orientación de su desplazamiento y la “huella virtual” del recorrido que han efectuado.
Todo sistema de navegación necesita servirse de ciertos puntos de referencia situados en lugares bien conocidos, de modo que puedan determinar, sin ambigüedad, la posición de cualquier objeto en relación con dichos puntos de referencia. En el pasado remoto, los navegantes se sirvieron de señales luminosas propagadas desde la costa por fogatas que ardían sobre faros y atayalas, emplazados en lugares característicos. Posteriormente fueron capaces de orientarse tomando como referencia las estrellas.
El sistema GPS utiliza como punto de referencia un grupo de satélites, situados a 20000 kilómetros de la tierra, que giran a su alrededor en orbitas muy precisas y estables. Dichos satélites pueden ser avistados desde cualquier lugar de la superficie Terrestre siempre y cuando no existan obstáculos sólidos. En lugar de señales luminosas, los satélites emiten, de forma constante, unas señales de radio que contienen datos relativos a su posición en el espacio y la hora actual en un formato internacional denominado UTC (tiempo universal coordinado). Cada satélite da una vuelta a la Tierra cada 12 horas. Como quiera que en la actualidad hay permanentemente entre 24 y 30 satélites operativos, además de otros de reserva, es posible observar, desde cualquier lugar de la Tierra, en todo momento, al menos 6 satélites. Ello permite al receptor GPS calcular su posición utilizando las señales de radio que transmiten. Para él actúan como señales luminosas de los antiguos navegantes.
¿Están los satélites girando libremente y sin control?. No, en absoluto. En realidad los satélites se encuentran en contacto permanente con una red de estaciones terrestres de seguimiento, que conocen con certeza la situación de cada uno de ellos, así como su “estado de salud” (pensemos que un objeto situado fuera de la atmósfera Terrestre se encuentra sometido a un bombardeo permanente de micro meteoritos y radiación solar intensa)
La estaciones de seguimiento se encuentran repartidas regularmente en las proximidades del ecuador. Están enlazadas a una estación principal de control, desde la cual se programan de forma continua todos los satélites. De este modo es posible restituir en su orbita correcta cualquier satélite que haya sufrido algún desplazamiento, así como desactivar temporalmente o definitivamente aquellos que se averíen o concluyan su ciclo operativo.