Pantalones

El fin de los pantalones de montaña es cubrir transpirabilidad, impermeabilidad, dar calor, dar resistencia a la abrasión, y que además sean cortavientos.
Por lo general, en montaña los miembros inferiores son los que menos sufren de frió ya que están en constante movimiento, pero no por ello debemos descuidarlos.
El sistema es el mismo que para toda la ropa de montaña, usar por capas. Hay personas que usan 2 capas y otras 3, eso va a depender de la resistencia que tenga cada uno al frió y de la experiencia en montaña que tengas, ya que ahí te darás cuenta que tan resistente al frió eres.
La capa externa debe ser de un tejido, idealmente, totalmente impermeable al viento y al agua y transpirable, aunque son muy pocos los tejidos que cumplen con esos requisitos, además que la condición “transpirable“ no es un requisito fundamental ya que los miembros inferiores no transpiran tanto como el tronco, por lo que a veces un pantalón menos transpirable pero mas barato cumple con las exigencias. Hay que tener en cuenta que los pantalones se deterioran mucho en la montaña por causa del roce.
Los pantalones deben tener cremalleras laterales para ser puestos con crampones y que, además, sirvan de ventilación.



Para los que gusten de una segunda capa, esta puede ser de polar o algún pantalón de trekking, pero siempre que se use una segunda capa, hay que llevar una primera ya que en el caso de que se moje, lo que es muy probable, tendríamos que quitarnos esta
y quedar solo con la primera capa.



La primera capa es de malla, tiene que quedar ajustada, no apretada, a las piernas para que no dificulte la circulación de la sangre. Esta capa puede ser usada para avanzar y cuando nos detengamos en la reunión nos podemos poner la tercera capa para abrigarnos, o cuando empiece el frió, obviamente usaremos las capas correspondientes. Esta capa nos da protección contra el frió, hay que tratar de que sea respirable para que el vapor se vaya hacia fuera o hacia la tercera capa y así eliminarlo. La ropa de color oscuro absorbe mas el calor, y se seca al sol mas deprisa

Aproximación al sistema GPS

El GPS (sistema global de posición) es un sistema de radionavegación destinado a orientar a las personal y los vehículos, permitiéndoles conocer en todo momento, de manera precisa, su situación a escala global, así como la velocidad a la que se mueven, la orientación de su desplazamiento y la “huella virtual” del recorrido que han efectuado.
Todo sistema de navegación necesita servirse de ciertos puntos de referencia situados en lugares bien conocidos, de modo que puedan determinar, sin ambigüedad, la posición de cualquier objeto en relación con dichos puntos de referencia. En el pasado remoto, los navegantes se sirvieron de señales luminosas propagadas desde la costa por fogatas que ardían sobre faros y atayalas, emplazados en lugares característicos. Posteriormente fueron capaces de orientarse tomando como referencia las estrellas.
El sistema GPS utiliza como punto de referencia un grupo de satélites, situados a 20000 kilómetros de la tierra, que giran a su alrededor en orbitas muy precisas y estables. Dichos satélites pueden ser avistados desde cualquier lugar de la superficie Terrestre siempre y cuando no existan obstáculos sólidos. En lugar de señales luminosas, los satélites emiten, de forma constante, unas señales de radio que contienen datos relativos a su posición en el espacio y la hora actual en un formato internacional denominado UTC (tiempo universal coordinado). Cada satélite da una vuelta a la Tierra cada 12 horas. Como quiera que en la actualidad hay permanentemente entre 24 y 30 satélites operativos, además de otros de reserva, es posible observar, desde cualquier lugar de la Tierra, en todo momento, al menos 6 satélites. Ello permite al receptor GPS calcular su posición utilizando las señales de radio que transmiten. Para él actúan como señales luminosas de los antiguos navegantes.
¿Están los satélites girando libremente y sin control?. No, en absoluto. En realidad los satélites se encuentran en contacto permanente con una red de estaciones terrestres de seguimiento, que conocen con certeza la situación de cada uno de ellos, así como su “estado de salud” (pensemos que un objeto situado fuera de la atmósfera Terrestre se encuentra sometido a un bombardeo permanente de micro meteoritos y radiación solar intensa)
La estaciones de seguimiento se encuentran repartidas regularmente en las proximidades del ecuador. Están enlazadas a una estación principal de control, desde la cual se programan de forma continua todos los satélites. De este modo es posible restituir en su orbita correcta cualquier satélite que haya sufrido algún desplazamiento, así como desactivar temporalmente o definitivamente aquellos que se averíen o concluyan su ciclo operativo.

Interpretar el hielo

Normalmente, hay distintos tipos de hielo en una misma vía, y un escalador experto identificara donde están los emplazamientos mas fáciles y mas seguros. Saber interpretar el hielo ahorra tiempo y energía. El hielo blanco y opaco es blando, bien porque esta mezclado con nieve, bien porque tiene burbujas o agujeros huecos. Este proporciona emplazamientos mas fáciles que el hielo transparente y frágil (la congelación de un curso de agua, o de agua corriendo por el deshielo), que tiende a quebrarse.. Un curso de agua helada también producirá carámbanos, columnas, cortinas (el viento que sopla hacia arriba de la pendiente forma hielo en un techo desplomado) y pilares, que pueden precisar emplazamientos mas delicados y sutiles. El hielo transformado por un deshielo suave ofrece los emplazamientos mas fáciles y a menudo se suele conocer como hielo plástico. Si continua el deshielo, el hielo pasara a estar podrido y se desprenderá de la roca subyacente según el agua derretida corra por detrás. Si después vuelve a congelarse, se puede convertir en hielo hueco quebradizo.
El hielo tipo costra es otro tipo de hielo hueco formado por agua que cae y se congela en la nieve, formando una cáscara helada. Este resulta con frecuencia desconcertante, ya que la capa de nieve subyacente puede romperse cuando se somete a una carga. El hielo-nieve, o neviza, es el final de un ciclo de deshielo-congelación de la nieve y es uno de los mejores medios en los que escalar. Las convexidades del hielo (zona de tensión), tales como las salientes, se quiebran mas fácilmente que las pequeñas depresiones o huecos.
Un desconchón en forma de “plato roto” se produce cuando el hielo se quiebra alrededor del pico en forma circular y normalmente se desprende. Si esto ocurre, vuelve a golpear en el mismo sitio para obtener un buen emplazamiento. El estrellado se produce cuando salen fisuras del pico, de tal modo que el hielo no llega a desprenderse, y puede seguir siendo un emplazamiento útil, aunque normalmente precede a un plato roto. A no ser que sea seguro limpiar el hielo fracturado, vuelve a intentarlo en alguna otra parte. El hielo que cae supone un peligro serio si hay otras personas por debajo, especialmente tu asegurador. Si dejas un plato roto, intenta no pisarlo con el crampón, ya que podría romperse.

La pegada del piolet

Escalada en hielo

La pegada del piolet:

Con material especializado, se adapta la pegada clásica. Las distintas formas del pico y el mango
requieren balanceos sutilmente dientes. El balanceo total es un arco natural, utilizando el peso y el equilibrio de la herramienta, hacia delante desde detrás de la cabeza y hacia el hielo

-Carga: eleva el piolet hacia atrás con el brazo extendido, por detrás de tu cabeza
-Apunta: concentrándote en el objetivo en el hielo
-Dispara: balancea el piolet hacia delante en un arco soltando el brazo por el hombro y el codo
-Sacude: acaba con una sacudida de la muñeca hacia delante para bloquear de nuevo, justo donde el pico se ha metido en el hielo. Sin esta sacudida es posible que te golpees los nudillos

Esta pegada se utiliza para los picos de doble curva y funciona con los mangos curvos o rectos. El pico curvo tiene un balanceo similar sin la sacudida al final. El pico recto hacia abajo requiere una pegada con el codo en vez de una sacudida para morder el hielo. El agarre permanece constante en todo el tiempo hasta detener el giro del piolet según muerde el hielo, y el brazo se queda en un plano vertical en ángulo recto con el hielo. Para hielo blando, el agarre se libera momentáneamente justo al final del balanceo cuando el pico muerde, ya que así se ahorra energía.
Un buen emplazamiento no tiembla, tiene un sonido sólido con vibraciones que recorren el mango del piolet, y debería acabar paralelo al hielo, con la mano justo al lado de su superficie. La mano se puede apoyar entonces en el hielo o en el regatón, orientando hacia delante y en contacto con el hielo para proporcionar apoyo y estabilidad. Un buen emplazamiento soportará tu peso si tus crampones se salen del hielo: ¡tus piolets son tu seguro!. Comprueba la calidad del emplazamiento dándole un tiron seco hacia bajo mientras descargas tu peso en el otro piolet. El objetivo es obtener un buen emplazamiento sin introducir en exceso el piolet, ya que se invierte mucho tiempo y mucha energía en sacar un pico atascado. El tipo y grosor del hielo puede imponer modificaciones en la pegada clásica. Un balanceo mas corto puede ser suficiente en hielo blando o donde no es necesario introducir el pico, como al ganchear, y puede que sean necesarias varias pegadas cortas y precisas (picar) en hielo fino.
Para sacar el pico, tira el mango hacia fuera, vuelve empujarlo un poco hacia el hielo, súbelo y tíralo de el hacia arriba y hacia fuera. Si no sale, inténtalo de nuevo varias veces y descárgalo. Subir la mano por el mango y golpearlo en la parte baja de la cabeza con la mano puede lograr que se suelten emplazamientos testarudos. Si consigues liberar el pico de este modo, sácalo con la mano, colocada de nuevo en la empuñadura. Girar el pico ligeramente hacia los lados puede ayudar, pero demasiada torsión podría dañarlo o incluso romperlo. Mantén la cabeza lejos de la herramienta cuando la estés sacando, ya que si se suelta repentinamente, te puede dar en la cara. Un pico bien afilado facilitara su retirada